La diferencia está en el significado más que en la oferta.

Estaba trabajando con los líderes de una empresa, estructurando su Carta de Identidad; cuando tocó hablar de su  marco filosófico y definir sus principios y valores, uno de ellos (el más experto, según él,) dijo: “…He visto los principios y valores  de la competencia, deberíamos tener algo más o menos similar”. Otro dijo: “pongamos lo mismo, al final hacemos lo mismo”.

Yo puse ojos de lechuza, mirada de cuchillo y, con sonrisa de Miss, les dije: “La diferencia entre ellos y Uds. es el ‘cómo’ hacen sus cosas, no solo el ‘qué’; una de las variables importantes de ese ‘cómo’ son sus principios y valores”.

En un mundo sobre informado y con  un sinfín de  ofertas, las necesidades básicas tienen muchas opciones de ser resueltas, sin embargo ¿qué hace la diferencia?…  El comportamiento de quienes lo ofrecen.

Este comportamiento está regido justamente por los principios y valores que deben ser estructurados, decretados y declarados por las cabezas de la empresa. Cuando hablo de cabezas, hablo del dueño, del emprendedor, de la persona que un día soñó y se las jugó por su proyecto. Nosotros, la gente de Marketing y Comunicación, necesitamos empresas y productos con consciencia y coherencia en su “Ser y Hacer”.

Un Marketing eficiente necesita mística. El marketing es un sistema de intercambio de beneficios, y los beneficios a largo plazo son los que tienen un significado en los usuarios y consumidores. Es la comunicación estratégica que con sus mensajes construye estos significados.

Es así de sencillo, las empresas son entes vivos, necesitan códigos de conductas, ejercidos en sus productos y servicios, comunicados a todos los grupos con los que se relacionan.

La diferenciación está en el significado, no en la oferta.!!